lunes, 26 de septiembre de 2011

 
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- Un instante de emoción cibernética : Bladde Runner .
Por JORGE ZARCO RODRÍGUEZ .

Un leve escalofrío atravesaba mi medula espinal, había una parte de mí a la que le
gustaría vivir en esa Megalópolis de rascacielos de mil pisos corroídos por el óxido y
la agresiva intemperie, cañones que expulsaban nubes de gas incinerado, lluvia ácida
y perpetua, tecnología que invadía desde las calles al más profundo sistema nervioso
de una metrópoli que llevó el postmodernismo a sus últimas consecuencias, invadiendo
todo a su paso, incluso los organismos y extremidades de sus habitantes.
Spinners voladores surcan un cielo contaminado cual tumor canceroso en un entorno
estéticamente hermoso, pero también aterrador en su oxidada corrupción. Y a mis diez
años, en casa de mi tío y gracias a su magnetoscópio, aquel entorno me producía pavor,
asustándome la crueldad extrema de unos neo-homo-sapiens-genéticos, hermosos
físicamente pero agresivos cual perros rabiosos ; dispuestos a arrancarte a pedazos
trozos de tu carne y tu vida con la leve (y efímera) esperanza de alargar la suya. Pero el
agente de policía Rick Deckard alias “navaja corredora” o “el que corre con la espada”
no me producía mejor impresión, intentando asumir su condición de asesino a sueldo no
de humanos sino de facsímiles humanoides que se suponía que no era lo mismo, con
dolorosa cotidianidad.
Que aquel personaje tuviera rasgos parecidos a Han Solo o Indiana Jones no me producía
alivio alguno. Aquello era todo lo contrario a STAR WARS ; recuerda: este futuro no está
a miles de años luz, sino a pocas décadas de distancia... de hecho, Tokio capital se le
parece mucho ahora mismo. Que importa que la fecha exacta sea noviembre del 2019, es
creíble y verosímil, puede existir. Eso era (y es) lo que asustaba, que aquel futuro pudiera
llegar a tocarse, respirar el sabor ocre del plástico y el metal y sentir la lluvia ácida sobre
uno mismo algún día no muy lejano y en un lugar aparentemente soleado y apacible como
Los Ángeles. Creo que Ridley Scott estaba inconscientemente reflejando la húmeda
Londres o la escocesa y lluviosa Glassgow con un sabor y estilo totalmente británico.
Siempre he pensado que ese ambiente situado en la realidad de ahora mismo, como
sería México D.F. con sus 20 millones de almas, su ultracontaminación, su creciente
pobreza y criminalidad, su longitud kilométrica y sus insolubles condiciones de vida,
motivaría antes al suicidio colectivo que al goce estético que nos produce el infierno
cibernético de Scott. Nadie está en posesión del Don de Nostradamus para predecir el
futuro en su matemática exactitud.
Philip José Farmer escribe al comienzo de uno de sus geniales cuentos satíricos :
“Jinetes de salario púrpura” ; “Si Julio Verne hubiera podido realmente ver el futuro, por
ejemplo en 1966 d.c., se hubiera cagado en los calzoncillos. Y en 2166, ¡la leche!”.
Pienso que yo también me cagaría encima si al probar la droga de Nostradamus, viese
el mundo en el digamos... 2040 ; y cualquiera de ustedes supongo. Pero aquel futuro
ideado primero por un paranoico adicto a las drogas llamado Philip Kendred Dick en su
fabulosa novela “Sueñan los androides con ovejas eléctricas” y posteriormente barajando
nombres como Martin Scorsese, Robert Mulligan o Dustin Hoffman para el papel principal.
Diseñadores industriales como Syd Mead o los story-boards del propio Scott, inspirándose
en comics de Moebius como “The long tomorrow” hicieron un milagro de diseño sin
precedentes, muy superior a títulos posteriores y plagios vergonzosos. Pero la autentica
fuerza de Bladde Runner se encuentra en su espíritu, en las múltiples lecturas que sigue
produciendo y en ir más allá de las imágenes, alcanzando los sentidos del espectador.
Aquella devastadora impresión moral que estuvo a punto de hacerme perder el control
de mis intestinos delante de mis primos y tíos en aquella semana santa a mis diez años,
y que tras un rechazo inicial no podría, no querría volver a rechazar en los múltiples
visionados a que he sometido mi sistema nervioso sobre la tangible superficie de aquel
2019, y que viviré para ver realmente con toda seguridad, con una mezcla de miedo y
melancolía que me alcanza a un nivel sensorial que conecta directamente con mis
emociones. De hecho creo que el futuro de Scott es demasiado hermoso, el futuro real,
lo que vendrá, será menos espectacular, y puede que mucho más terrible...

A Philip K . Dick , donde quiera que estés .

Nochebuena: 2000/2001 Futuro imperfecto

Memorias del pasado

8:30, transición de pocas horas para Noche buena. Desde hace años esta noche solo representa para mí una
comilona salvaje que me provocará unas ganas de potar apenas me suelte cuatro bufardas insonoras mientras
el “DesatasKIng” raja su movida anual de buen rollito y mejores intenciones. Las noticias del mediodía no
auguran un futuro alentador. Jesuralem y Belen son campos de batalla de una guerra civil no declarada, al igual
que las familias de los asesinados por ETA militar se les atragantaran las uvas hasta la asfixia, y la Navidad no
será para ellos más que una inocencia de amor y buenos sentimientos perdida para siempre, sepultada por balas
del fundamentalismo nacionalista de aquellos que llamandose revolucionarios de izquierda, se cagaron en todos
los que se tragaron su mentira de progresismo político bañado con sangre, la sangre de Yoyes entre otros. La
Navidad ya no es ese tiempo de paz y amor que crei en mi infancia, ahora es una fiesta de locura capitalista
basada en el gasto y consumo masivo de productos de toda indole, lo que desees a lo largo del año pidelo en
Navidad y te será concedido, siempre que la economia de tus progenitores te lo permita. Da limosnas a los pobres, envia crismas a tus amiguitos, considerate un ciudadano ejemplar hasta después de reyes para volver a ser el
mismo de siempre: un sucio hipocrita falaz y mentiroso, que odiará todo aquello que representa la Navidad los
doce meses restantes del año. Protege tu propio trasero, no te fies de nadie, piensa solo en tu propio beneficio y seguridad, amansa el mayor dinero posible y gastalo en todo aquello que te distinga a nivel materialista de los
demas. Si ves un indigente cruzando la calle atropellalo, si ves una prostituta inmigrante escupela en la cara y
gritale que se joda, si ves una embarazada felicitala por zorra y ojalá tenga gemelos. Si algo te gusta y se te
presenta la posibilidad de robarlo, no lo pagues, si ves un extranjero de piel oscura rompele los huesos con un
bate de aluminio, tira un coctel Molotov a una chabola de gitanos, odia a los homosexuales y a las lesbianas, haz
de tu patriotismo una bandera y no salgas jamas de tu provincia, tu ciudad, tu pueblo, tu barrio, tu calle... El resto
del mundo no existe, solo el entorno al que dicen que perteneces, y mata por el si hace falta; pon bombas bajo los coches, mete tiros en la nuca por la espalda,deja a tu paso mujeres y niños huerfanos y cuando llegue la Navidad deseales a todos un feliz año nuevo cuyo final es posible que no lleguen a ver. Que buena es la gente en Navidad,
que dulces son los turrones y polvorones, que calor pasan todos aquellos que hacen de Papá Noel quedando como
unos pobres gilipollas, que fortuna amansan los ganadores de la lotenía a costa de millones de perdedores, de
sueños rotos e ilusiones destrozadas, que Navidades más negras pasaran aquellos que mueran de frío en la calle,
que sumidos en el paro y la desesperación optaran por el suicidio de cara al año nuevo. Tendran una buena Noche Buena aquellos que puedan costearsela y comer como
cerdos hasta reventar, y quien no pueda llevarse un mendrugo a la boca no tendrá más remedio que hacer de tripas
corazón y esperar tiempos mejores... si llegan. La Navidad son dos semanas, una transición para el resto del año
que te permite esperar lo mejor del tiempo que se avecina, felicitar a tus amigos y desearte suerte de paso.

Tarde del 25 de diciembre sobre las 6:30.

Ha pasado todo un día y toda una noche, llena de paz para algunos y buenos sentimientos. Una excelente comida
y una buena digestión acompañada de un sueño reparador sin pesadillas. Mientras en oriente medio han seguido
los bombardeos, en Indonesia catorce católicos han sido asesinados en nombre de la enajenación fundamentalista,
un autocar de pasajeros se ha despeñado por un barranco mientras su conductor jugaba a la gallinita con un colega
en Filipinas, un chaval a muerto a puñaladas en la calle Juan Llorens de Valencia, se sospecha que por asuntos relacionados con la droga; en Colombia se celebra la Navidad pese a un año más violento que lo habitual en esos
lares con cientos de muertos y secuestrados a sus espaldas, mientras el mundo sigue y las buenas intenciones y
sentimientos nos salvan de la idea fantacientífica (y totalmente racional) de que el futuro cercano será gris, vacio, monótono, mediocre y carente de cambios espectaculares a corto plazo por obra y gracia de la miserabilidad
humana que impide un cambio radical en la forma de sentir y de pensar. Solo el arte y las materias escenicas se
atreven a soñar con ilusiones mejores y más espectaculares, lamentablemente la mayoría de ellas solo motivadas
por el puro mercantilismo. La realidad cotidiana no es políticamente correcta es la verdad, será violenta, cruel
incluso, pero nunca piadosa; a quien le toque la desventura que asuma su temporal, si uno se hunde en la miseria
nadie de su entorno se preocupará de sacarlo de ella, una persona muy cercana a mí pasó por dicha situación y
logró salir victorioso, asumiendo con orgullo el dicho de que el éxito es la mejor venganza. Desde que superé la
edad de 25 años, ya no padezco lo que Jean Luc Godard llamó el “Sindrome del Ciudadano Kane”, aquella manía
que afectó a toda una generación de cineastas “progres” obsesionados con la idea de debutar en la dirección de películas antes de cumplir los 25; una vez superada esa edad ya ni eres un cineasta joven ni una promesa de
actualidad “moderniqui”, ya eres un tipo maduro, adulto aunque conserves alma de niño (preguntenselo a
Spielberg) y un entusiasmo adolescente en todos los proyectos en los que te imvolucras a muerte con la intención
de salir del enojoso anonimato que rodea al artista individualista con tendencia a moverse por ambientes
underground ...
¡Vete a la mierda!, yo no quiero ser un artista underground ni un maricón de babosería rosa para marujas y tipejos
morbosos y sadicos por los sentimientos reciclados en fast-food, yo quiero ser yo mismo sin necesidad de chupar
pollas ni comerle el culo a nadie, tarde lo que tarde seré recordado por mi obra y mi condición humilde; odio a los
egolatras que hacen de la fama el desahogo automasturbatorio de todas sus frustraciones, por que se les reconoce
y porque no quiero compararme a esa gentuza. Seré yo mismo sin necesidad se disfrazarme; a rostro descubierto.
-25 de Diciembre del 2000 a las 7:20- .

Domingo 14 de enero del 2001 a las 9:30 de la noche :

Pasó la Nochebuena, pasó la Navidad, pasaron los reyes Magos, pasaron las buenas intenciones y los falsos y
baratos buenos sentimientos. Pasó la sobredosis de anuncios y publicidad basura, los robos en grandes almacenes
para solventar una economía dudosa y otros asuntillos no menos cafres. ¿Que será del 2001?, no lo sé, aun está
el año por venir y no tengo ahora demasiadas ganas de escribir nada, no tengo inspiración, mejor dejarlo correr.

(14 + 1 + 2001)

PD: En el 2001 vino el 11 de septiembre y el mayor atentado terrorista de la história. (26-9-2011)
 
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