domingo, 27 de junio de 2010

1982: AÑO DE GLORIA PARA EL CINE FANTÁSTICO.

1- BLADE RUNNER de Ridley Scott
2- E. T. EL EXTRATERRESTRE de Steven Spielberg
3- LA COSA de John Carpenter
4- CONAN EL BARBARO de John Milius
5- VIDEODROME de David Cronenberg
6- TRON de Steve M. Lisberger
7- POSESIÓN INFERNAL de Sam Raimi
8- EL SEÑOR DE LAS BESTIAS de Don Coscarelli
9- POLTERGEIST de ¿Tobe Hooper?
10- CREEPSHOW de George A. Romero

En 1982 yo tenía ocho años y el mundo se me presentaba lleno de sorpresas, como suele ser la visión de un niño que está descubriendo su entorno. Y las salas de cine eran un pastel lleno de sorpresas. Pero para un servidor en aquellos años solo existió E.T. El resto fue posterior a lo largo de los 80, salvo quizá TRON que vi gracias a mi tío Julio que nos invitó a mi hermano mayor y a mí por pura casualidad. Blade Runner no la descubrí hasta la semana santa del 84. Y Poltergeist y Creepshow adquirieron categoría de leyenda urbana por los comentarios de mi hermano y sus colegas. Soy de la generación del videoclub, que me permitió acceder a títulos casi sagrados como La cosa, Videodrome o Posesión Infernal, cuya carátula con sus poseídos de ojos inyectados en rojo y boca sangrante me provocó no pocas pesadillas aquellas veces que visitaba los videoclubs. Y los pases televisivos me revelaron Conan el bárbaro, y El señor de las bestias, a la que sumaría Cristal Oscuro o Star Trek 2 : La ira de Khan.
Títulos clásicos todos ellos que amenazan los remakes sacrílegos por parte de una industria asustada ante las taquillas vacías y que apuesta por lo seguro: La nostalgia de los aficionados. Los videoclubs desaparecen por culpa del pirateo y la total falta de exigencia del público ante los formatos exhibidos. Aunque peor es el cierre de las salas de cine. Internet lo devora todo; aunque siendo realistas, en menos de 10 años será lo único que tengamos…puede que dentro de cinco… Ya la T.V. por vía satélite lo absorbe todo y los libros electrónicos harán del papel impreso, pieza de coleccionismo.
Ya veremos si no nos exponemos en estos tiempos de crisis mundial a la desaparición de la gran mayoría de los profesionales del audiovisual. Porque las bajadas gratuitas no dan muchos beneficios que digamos. Ahora no veo mayor misterio por el mundo. Todo me sabe a DEJA VU (ya visto) y la verdad es que la crisis mundial no creo que provoque de momento el fin del mundo, pero sí va a dejarnos bien jodidos. ¿Por qué está de moda el revival, por qué nos remontamos a décadas pasadas como si echáramos en falta la nostalgia de otros tiempos?. Acaso no reina la impersonalidad actualmente…
Y me dejo en el tintero numerosas pelis de serie B (ANDROIDE, PARÁSITO) y Z (NO VAYAS AL BOSQUE SOLA, TERROR FINAL, MIL GRITOS TIENE LA NOCHE) porque posiblemente se produjeron un centenar de títulos fantásticos en dicho año y porque seguro que me dejo en el tintero alguno que otro. Pero he decidido apostar por lo seguro, por aquellos títulos que están en la mente de todos los aficionados:

BLADE RUNNER es una de las cinco grandes obras maestras de la ciencia ficción de todos los tiempos, las otras son, según algunos críticos: 2001, SOLARIS de Tarkovsky, METROPOLIS y ALIEN, y olvidamos Star Wars , Mad-max, MATRIX etc…Y se ha escrito tanto sobre BR . Yo mismo escribí un ensayo allá en el 2000 para una web que ya no existe y que no leerían muchos. Solo decir que tardé en comprenderla, que me perturbó muchísimo aquel primer visionado en el vídeo de mi tío y que no llegué a amarla hasta un segundo o tercer visionado. Ahora es mi película favorita y he coleccionado desde ediciones de lujo, hasta libros y ensayos sobre ella. Que podría decir de ella que no se haya dicho ya, sin contar los plagios / homenajes que ha generado con los años. ¿Acaso no llegó a cambiar la sociedad a nivel estético y sociológico? Y del filme underground LIQUID SKY… ¿alguien se acuerda?.

E.T. EL EXTRATERRESTRE fue todo para mí por aquellos años. Un amigo al que querer, un comic que dibujar (que nunca terminé), una colección de cromos que componer (¿qué fue de aquel álbun?) y un muñeco (o dos) de los que presumir. Provocó mares de lágrimas (las mías también) y un sentimiento de inocencia perdida que el mismo Spielberg no ha podido recuperar en ninguna de obras posteriores. Menos conocida es la trágica historia del dibujante de comics Joaquín Blanquez, que perdió la salud y finalmente la vida en un intento de acusar de plagio a Spielberg por el diseño de la criatura (Carlo Rambaldi fue su principal creador). Que dibujó para la Warren comics en 1977. Su causa nunca prosperó y drogas y depresión hicieron el resto. Pide a gritos una reivindicación, que sea pronto.

LA COSA es la obra maestra de un cineasta de culto: John Carpenter poseedor de un estilo clásico y moderno a la vez. Acudió al relato original de John W. Campbell, en vez de actualizar el filme original de Howard Hawks que firmó su ayudante Christian Niby (¿un hombre de paja?). Haciendo lo que deberían hacer todos los remakes; partiendo de la trama original, hacer un desarrollo totalmente nuevo. Aquí el monstruo no es “el otro” si no “tú mismo”, haciendo toda una declaración sobre la evidente maldad del ser humano en su obsesión paranoica por acabar con una aberración alienígena sin forma definida que anida dentro de él mismo. En su obsesión de combatirse mutuamente.

Recuerdo los carteles del metro de Madrid, dibujados por San Julián o escenas de la película narradas con grandiosidad por mi primo mayor o los comics de mis otros primos que devoraba uno tras otro. Nunca llegó tan lejos John Milius como en CONAN EL BÁRBARO a la épica de la gran aventura. Acusado de fascista y militarista por no pocos enemigos de la industria. Dino de Laurentiis lanzó la carrera de Arnold Schwarzenegger y James Earl Jones estába magnífico como el hombre serpiente Tulsa Doom. Se rodó en España, en Almería y Cuenca, y el constante cambio del tiempo fue un dolor de cabeza para Milius. Eso sí, los fans del personaje salieron ganando y el paso de los años, junto a la banda sonora del fallecido Basil Poledouris han consolidado un clásico de la fantasía heroica que no pocos “modernos” pusieron a parir en su día.

A pesar de que todos le conocimos a partir del magnífico remake de La mosca, la verdad es que el canadiense David Cronenberg llevaba inyectando a la cinefilia con virus audiovisuales desde finales de los 60. Yo mismo conocía VIDEODROME gracias a las fotografías de un volumen sobre cine fantacientífico. Responsable del nacimiento seminal del ciberpunk audiovisual junto a Blade Runner y Tron, VIDEODROME es una metáfora del poder lisérgico de las imágenes sobre el organismo y el nacimiento de la realidad virtual en una época en que William Gibson terminaba la escritura de NEUROMANTE. Se dice que salió tambaleándose de Blade Runner ante el parentesco con su novela.

Y debió sentirse perturbado ante obras radicales como la de Cronenberg o engañosamente comerciales como TRON del olvidado Steve M. Lisberger, especialista en cine de animación que con esta obra fue luz de un día. Nunca volvió al redil pese a una promesa de secuela, que ha rodado ahora con otro director. Con diseños del gran Jean Giraud Moebius y Syd Mead, se adelantó a su tiempo en su profecía del cambio social que producirían los videojuegos. Su fracaso comercial no permitió saborear una obra insólita que hoy en día más de uno tacha de coñazo sin pensar en la posterior inspiración que produciría en más de una animación por ordenador. Lisberger lo intentaría de nuevo con un Mark Hamill cocido en las dunas de Turkia en SLIPSTREAM (89) pero el recuerdo y posterior reivindicación de TRON lo han marcado de por vida. Lastima.

Quien si despegó de forma brutal sin nunca dejar de subir es Sam Raimi con POSESIÓN INFERNAL, convirtiendo la cámara de cine en una coctelera animada que lo arrastra todo a su paso. Bruce Campbell pasó a ser uno de nuestros actores favoritos y su carátula de vídeo con las poseídas con ojos rojos me provocó no pocas pesadillas. (El trailer de La cosa hizo lo mismo). Convertida en su época en la reina de los vídeo nasties (vídeos sucios, NC-17, Violencia extrema) es sin embargo la obra absoluta de la temática por su fuerza visual y su intacta capacidad para provocar terror. Tuvo dos secuelas; la genial EVIL DEAD 2 (titulada aquí con el espantoso título de TERRORÍFICAMENTE MUERTOS) y la irregular EVILDEAD 3 (EL EJERCITO DE LAS TINIEBLAS) y muchos sueñan con una cuarta secuela. Pero aquellos años no creo que puedan volver porque los centros comerciales con sus refrescos y palomitas no creo que admitan joyas del terror extremo cuyo objetivo principal es revolverte las tripas.

Don Coscarelli debutó muy joven al igual que Sam Raimi con la Lovercratniana PHANTASMA, y el éxito de aquella lo llevó del terror a la fantasía heroica de temática bárbara con un guerrero que se comunica telepáticamente con los animales y que se enfrenta a magos, brujas, guerreros, hombres bestia y salvajes invasores a los que prende fuego en mares de petróleo. EL SEÑOR DE LAS BESTIAS no hizo salir a Don Coscarelli de la serie B, y se ha visto obligado una y otra vez a repetir secuelas de PHANTASMA con Angus Schrim y sus bolas cazadoras.

Por aquellos años los sindicatos de directores USA prohibían que cualquier director filmara dos títulos al año y eso llevó a Spielberg a buscarse un hombre de paja llamado Tobe Hooper para poder rodar POLTERGEIST al mismo tiempo que E.T. Siempre he pensado eso más allá de las presuntas maldiciones sobrenaturales que atacaron a Heather O´rourke y otros protagonistas. Tobe Hooper y Richard Marquand en EL RETORNO DEL JEDI fueron simples muñecos, hombres de paja en manos de Spielberg y George Lucas en su enfrentamiento con el sindicato de directores. Eso es lo que pienso aunque le suene cruel a los cinéfilos de toda la vida.

A pesar de piropear a POSESIÓN INFERNAL, Stephen King y George A. Romero tenían su propia horror movie con CREEPSHOW, homenaje a los comics de terror de toda la vida (Tales from the crypt, Rufus, Creepy, etc…) en una serie de relatos cuya adaptación al comic por parte del genial dibujante Bernie Wringston significó un antes y un después en mi pubertad, descubriéndome un mundo de terrores íntimos que me ayudaron a enfrentarme a los siempre más terribles horrores de la adolescencia y su infinidad de problemas adicionales, que me trajeron nuevas fantasías que compartir y nuevas películas que imaginar.

Hoy el panorama es diferente con la insufrible moda de los remakes que poco han aportado a los que recordamos los originales de toda la vida. Aquellos títulos hoy son clásicos de toda la vida de la misma forma que nuevos clásicos han nacido a la luz de los nuevos tiempos.

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