lunes, 23 de noviembre de 2009

GRINDHOUSE

Hace muchos años que desaparecieron los cines de sesión doble y triple de finales de los 80 que yo llegué a conocer. Y tampoco existen las películas que solían proyectarse en ellos. El mercado del video primero y ahora Internet hacen disponible un catálogo con miles de títulos para el aficionado, perdiendose esa noción de experiencia colectíva que eran los cines de barrio. Allí vi títulos prohibidos a un niño de mi edad (la verdad es que nunca te preguntaban la edad) y recuerdo una proyección de LA NARANJA MECÁNICA llena de gentúza donde tuve que cambiar dos veces de sitio al ver peligrar mi condición física. Eran títulos de serie B y Z y alguno de serie A lo que solías consumir allí y no creo que vuelvan a repetirse tales condíciones con las múltisalas de grandes superfícies. Empezando por la censura. Un título NC-17 (o X) está vetado por naturaleza a un mercado que tiene entre los 13 y los 17 años su público potencial, si le sumamos las amas de casa y los jubilados ya podemos olvidarnos de las películas fuertes. Y es que hasta el gore se ha domesticado y ya no es tan fuerte como en los 70 y comienzos 80, pero era el sexo el principal aliciente de las películas fuertes de verdad, y eso lo han cortado de cuajo. Además, quien quiera ver porno enchufa el ordenador se conecta a la red, y busca lo que quiera. Eso sí, hasta el porno con argumento que rodaba el entrañable Gerard Damiano (Garganta profunda, El diablo de la señorita Jones) se ha dejado de lado. Lo más cerca a una peli fuerte que he visto en los últimos años es ANTICRISTO de Lars Von Trier y recuerdo una proyección de arte y ensayo con la francesa BAISE MOI (FÓLLAME) con un tipo en mi fila, separado por varias butacas, tocandose la zambomba en una escena donde a un tío le disparaban en el ano... Si señores, he visto cosas muy fuertes y por eso la propuesta de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez de recuperar el espíritu GRINDHOUSE con DEAD PROOF y PLANET TERROR me pareció fallida. Primero porque sus tramas trascurrían en el presente (2007) y no en los 70 como pretendían aparentar y segundo porque eran en el fondo muy light, carentes de autentica provocación. El espíritu GRINDHOUSE si lo captó en cambio el francés Alexandre Ajá con su remake de LAS COLINAS TIENEN OJOS y su anterior película ALTA TENSIÓN fue brutalmente recortada en su estreno USA para no ofender a los críos palomiteros. Un título super prohibido en su día como HOLOCAUSTO CANIBAL no creo que se repita ahora ni de lejos por mucho porno tortura que quieran vendernos. Hasta a Stallone le dio por el gore salvaje con la sorprendente RAMBO 4. Los tiempos no mueren, se reciclan, pero ya no es lo mismo.

Jorge Zarco Rodríguez

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